Relato fotográfico

"La mirla descuidada"

Todas las fotografías cuentan una historia.

Real o inventada a veces, pero siempre tienen algo detrás.

¿Pero qué es lo primero?  ¿La historia o la fotografía?

Vemos algo que nos llama la atención, que nos mueve por dentro y lo capturamos con nuestra cámara intentando comunicar esa emoción.  

También podemos construir esa historia, a través de un escenario, añadiendo uno o varios sujetos.

Apoyando la fotografía con un texto que refuerce la emoción de la propia foto, estaremos haciendo un “relato fotográfico”.

Este es el mío.

«Erase una vez una mirla joven e inexperta y un poco descuidada»

En primavera se propuso construir un nido, sin demasiado conocimiento ni preparación. 

Iba de aquí para allá, acarreando cosas que le parecían útiles o simplemente atractivas. 

Un hilo rojo, unas bolitas blancas, un trozo de papel brillante que le llamaba especialmente la atención. 

Así fue acumulando, sin orden ni concierto, todos los materiales, en algo que pretendía ser un nido, y lo coloco en el hueco de un seto del jardín, no muy apropiado.

Simultaneaba la construcción, con otros menesteres, cómo bañarse, acicalar sus plumas en el estanque o buscar lombrices gordas y relucientes. 

Cuando se acordaba, corría para añadir algún tesoro que había encontrado en sus correrías.

Un día, ante su sorpresa, puso dos huevos blancos preciosos. 

Se sintió muy orgullosa de sí misma, pero desgraciadamente le duró poco su entusiasmo. 

El nido tenía una forma poco consistente y estaba mal colocado en una rama endeble que, con el peso, no resistió y se vino abajo. 

Ante la consternación de la mirla, los huevos sé estrellaron contra el suelo.

Recogimos el desastre del césped y colocamos el nido, en un árbol, amarrándolo a una rama para mayor seguridad.

La mirla abochornada no quiso saber nada más. 

Paso un año entero sin que ningún pájaro se sintiera interesado en ocuparlo, solo algunos robaban los materiales para sus propias construcciones.

Esta primavera, alguien lo aprovechó. Había dos huevos ocupándolo. 

No se sabe qué tipo de pájaro se está incubando. Ni siquiera si es la mirla que ha vuelto, con más experiencia y sabiduría.”

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