Soy madre y abuela, sé que es algo raro que a mi edad me haya metido en estos charcos, pero las cosas ocurren cuando tienen que ocurrir. 

  Estudié arquitectura de interiores, por tanto, todo lo que sea crear, me llena muchísimo.

  La pintura ha sido siempre lo que más me ha gustado, pero cuando tuve en mis manos la primera cámara digital comprobé maravillada la cantidad de posibilidades que se abrían ante mí.

  Después de haber pintado y dibujado toda la vida, descubrí lo fácil y divertido que es captar y modificar la realidad, sin mancharse ni pasar horas delante de un caballete.

  He hecho un montón de cursos y leído infinidad de libros sobre fotografía y postproducción, uniendo mis dos pasiones la pintura y la fotografía.

  Empecé con mis niños, contándoles, cuentos, historias y aventuras que escenificaba con “montajes fotográficos”, de las cuales eran los protagonistas.  

  Llegaban a creer que lo habían vivido. La prueba era la foto en donde volaban o surcaban el mar en un barquito de papel.

  He seguido por el camino de crear mundos maravillosos, donde todo es posible.