Una foto es grande por las emociones que crea.
Una foto no tiene que ser técnicamente perfecta.
Independientemente de la calidad del equipo y de los conocimientos de fotografía que tenga el que hace la foto, todos podemos hacer fotos para el recuerdo.
Puede ser que tengan un encuadre no muy acertado, o que no estén perfectamente expuestas. Por supuesto, pueden ser técnicamente mejorables. Pero no por ello van a dejar de arrancar una sonrisa o una lágrima en la persona que las contempla.
A lo largo y ancho de todo el mundo sigue habiendo muchísima gente que con una cámara muy modesta y sin conocimientos de fotografía, sigue apretando el botón de disparo y rescatando del olvido momentos únicos e irrepetibles.